Cualquier actividad necesita
energía. En cualquier cambio, la suma de las energías presentes antes del
cambio es igual a la suma de las energías en que se han transformado después
del cambio: la energía se conserva (principio de conservación y transformación
de la energía.
En cualquier transformación
energética, una parte de la energía inicial se disipa como calor y no se puede
volver a utilizar. Esta pérdida de energía útil se denomina degradación de la
energía y es el origen del problema energético.
Energía primaria y energía final
Se denomina energía primaria a la
contenida en las fuentes de energía. Para que ésta esté disponible para el
consumo se deben realizar diversas operaciones de transformación y transporte.
Se denomina energía final a la energía que
se utiliza en los puntos de consumo, como por ejemplo, la energía eléctrica en
los domicilios o la energía del gasóleo.
En los procesos de transformación y del
transporte siempre hay pérdidas de energía.
Energía primaria = Energía final + Energía
perdida en el transporte + Energía perdida en otras operaciones.
Ahorro enérgico
El crecimiento poblacional y la
economía de mercado han aumentado la demanda de productos y energía,
creciendo la huella ecológica de
la humanidad. La base de la economía mundial se basa en el concepto de
crecimiento infinito que requiere de un 3% de incremento anual. Dicho
crecimiento implica que, en apenas un cuarto de siglo, las necesidades
energéticas se habrán duplicado, y así sucesivamente. También hay que tener
en cuenta el hecho de que el 85% de la población mundial consume el 15% de la
energía. Es decir, si éstos últimos quisiesen unirse al carro del consumo
energético, entonces las necesidades energéticas se multiplicarían entre 4 y
9 veces.
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Los EE UU y Canadá tienen el
récord de consumo, sólo constituyen el 5% de la población mundial y consumen
el 30% de la energía primaria. Como solución a dicha problemática energética,
los científicos sólo encuentran una reducción a nivel global del consumo de
energía por individuo, es decir, un ahorro energético.
El hombre primitivo proporcionaba 100 vatios hora al día (como una bombilla
incandescente), lo que era suficiente para su permanencia. Un deportista en
plena acción proporciona 1.500 vatios. El consumo medio mundial per capita es
de 2.200 vatios. Sin embargo, en el año 2000 el consumo en EE.UU. es 12.500
W, mientras que en Europa es 4.600 W, proporcionando la misma calidad de vida
aparente.
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