domingo, 28 de abril de 2013

7- El problema energético


Cualquier actividad necesita energía. En cualquier cambio, la suma de las energías presentes antes del cambio es igual a la suma de las energías en que se han transformado después del cambio: la energía se conserva (principio de conservación y transformación de la energía.

En cualquier transformación energética, una parte de la energía inicial se disipa como calor y no se puede volver a utilizar. Esta pérdida de energía útil se denomina degradación de la energía y es el origen del problema energético.



Energía primaria y energía final

Se denomina energía primaria a la contenida en las fuentes de energía. Para que ésta esté disponible para el consumo se deben realizar diversas operaciones de transformación y transporte.

     Se denomina energía final a la energía que se utiliza en los puntos de consumo, como por ejemplo, la energía eléctrica en los domicilios o la energía del gasóleo.

     En los procesos de transformación y del transporte siempre hay pérdidas de energía.

     Energía primaria = Energía final + Energía perdida en el transporte + Energía perdida en otras operaciones.


Ahorro enérgico

El crecimiento poblacional y la economía de mercado han aumentado la demanda de productos y energía, creciendo la huella ecológica de la humanidad. La base de la economía mundial se basa en el concepto de crecimiento infinito que requiere de un 3% de incremento anual. Dicho crecimiento implica que, en apenas un cuarto de siglo, las necesidades energéticas se habrán duplicado, y así sucesivamente. También hay que tener en cuenta el hecho de que el 85% de la población mundial consume el 15% de la energía. Es decir, si éstos últimos quisiesen unirse al carro del consumo energético, entonces las necesidades energéticas se multiplicarían entre 4 y 9 veces.

Los EE UU y Canadá tienen el récord de consumo, sólo constituyen el 5% de la población mundial y consumen el 30% de la energía primaria. Como solución a dicha problemática energética, los científicos sólo encuentran una reducción a nivel global del consumo de energía por individuo, es decir, un ahorro energético. El hombre primitivo proporcionaba 100 vatios hora al día (como una bombilla incandescente), lo que era suficiente para su permanencia. Un deportista en plena acción proporciona 1.500 vatios. El consumo medio mundial per capita es de 2.200 vatios. Sin embargo, en el año 2000 el consumo en EE.UU. es 12.500 W, mientras que en Europa es 4.600 W, proporcionando la misma calidad de vida aparente.


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